
Y si pudiera contarles un poco sobre mi.
Hace 11 años comenzó mi camino en acompañar a mujeres en sus procesos de reconexión y vivir con mayor disfrute emocional.
Trabajo desde un enfoque informado en trauma, con perspectiva de género y desde una base firme en los Derechos Humanos. Para mí, la terapia no es solo un espacio de escucha y contención, sino también un lugar para mirar lo que nos duele y aprender a saber qué hacer con ello. No es suficiente con entender nuestra historia, es importante saber qué hacer con ella.
Creo firmemente en el valor de la historia de cada mujer. Tus experiencias, emociones, y pensamientos tienen un sentido y merecen ser escuchados sin juicios.
Mi forma de trabajar es cálida, respetuosa y comprometida. Integro distintas herramientas terapéuticas informadas en trauma y siempre mi atención está puesta en construir una relación terapéutica que te permita sentirte lo suficientemente segura, validada y acompañada durante todo el proceso. Sin seguridad, no se puede integrar.
Cómo llegué a trabajar con mujeres y a especializarme en una terapia informada en trauma.
Mi camino junto a las mujeres y el trauma
Cuando comencé a trabajar como psicóloga clínica, mi primer desafío fue acompañar a mujeres adultas mayores que llegaban al consultorio con cuadros de depresión. Estaba en la comuna Pedro Aguirre Cerda, un sector donde la demanda era alta y el tiempo escaso. Fue entonces cuando decidí formar un grupo de terapia entre mujeres. Escuchar sus historias, compartir sus emociones, y ver cómo muchas de ellas arrastraban heridas desde su infancia, me hizo comprender la profundidad del impacto que puede tener una vida marcada por experiencias difíciles.
Años después, trabajé en un programa del SENAME, acompañando a mujeres adolescentes que habían sido víctimas de vulneraciones de derechos. Ahí observé cómo el trauma no solo afecta a quien lo vive directamente, sino que también se transmite desde quienes debieran haber sido figuras protectoras. Fue en ese contexto donde confirmé que el trauma no ocurre de forma individual, sino que se enraíza muchas veces en historias familiares y sociales no resueltas.
Con el tiempo, al decidir especializarme en trauma y profundizar en el trabajo con mujeres, comencé a mirar también hacia mi propia historia. Descubrí en la historia de las mujeres de mi familia experiencias de dolor, de silencios, de vulneraciones que se repetían en distintas etapas de la vida. Y fue ahí donde entendí que sanar no es solo un acto individual, sino también un proceso colectivo y generacional.
Hoy, mi trabajo está conectado con este propósito: acompañar a mujeres en sus procesos de sanación, desde una mirada comprensiva, humana e informada en trauma. Creo firmemente que tenemos una capacidad innata para sanar, pero a veces necesitamos una guía que nos acompañe a mirar y deshacer esos nudos que quedaron atados en nuestra historia.
Un poco sobre mi formación
- Psicóloga Clínica — Universidad de los Andes, Chile.
- Magíster en Psicología Clínica, mención Psicoterapia Adultos — Universidad Adolfo Ibáñez.
- Formación en Psicoterapia EMDR -Alianza EMDR LAC.
- Formación en Terapia Focalizada en la Emoción- ICEEFT.
- Formación en Psicoterapia Sensoriomotriz- Sensoriomotor Psychotherapy Institute.
- Diplomado en Abuso Sexual Infantil — Fundación Para la Confianza.
- Postítulo en Salud Sexual y Reproductiva de las Mujeres- Tribu Academy (en curso).
- Diplomado en Apego Adulto- Centro de especialización en Apego Adulto y Psicoterapia (en curso)